Mirta Catalano eligió a la Escuela Especial Multimpedidos para educar a su hijo. Sin embargo, su inminente cierre mantiene a una comunidad educativa entera preocupada. "La tranquilidad se convirtió en tristeza", aseguró.
A la espera de respuestas positivas en el marco de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense, docentes y padres de alumnos que asisten a la Escuela de Multimpedidos – CET buscan evitar que la decisión de los dueños de cerrar las puertas del establecimiento se concrete.
En diciembre, docentes y padres hicieron uso de la Banca 25 y lograron visibilizar ante los concejales los inconvenientes que les genera a la comunidad educativa quedarse sin la escuela que durante 13 años significó trabajo para diferentes profesionales y un espacio de educación, interacción y entretenimiento para alumnos que, según advierten los padres, no pueden ser reubicados en otras instituciones.
Según señalaron, el último día de clases del año pasado integrantes de la comisión directiva de El Portal del Sol de la que depende el establecimiento, empezaron a enviar los telegramas de despido a los docentes y a comunicarle a los padres que no abrirían más sus puertas.
En la Banca 25. La delegada de SADOP, Anahí Laterza, y la madre de uno de los alumnos, Mirta Catalano.
“La escuela no se puede cerrar, somos referentes en toda la región porque es a partir de la capacitación de los docentes el único establecimiento contiene a alumnos multimpedidos”, dijo oportunamente en el recinto la delegada de SADOP, Anahí Laterza, quien también recordó que hace diez años el establecimiento pasó de ser Centro de Día a Escuela y que la continuidad permitiría seguir incluyendo a los alumnos dentro del sistema educativo, algo imposible si avanzan en la idea del cierre ya que no existe en la región otra escuela con estas características.
En este marco de profunda incertidumbre, Mirta Catalano, mamá de Joaquín, uno de los 29 alumnos que asisten a la institución y que, junto a los 27 trabajadores del lugar, quedarían varados “a su suerte”. La carta fue escrita en tercera persona, para evitar individualizar casos y, simplemente, contar lo que la escuela implica en la vida de toda la comunidad.
“Les quiero contar sobre mi escuela el lugar donde todos los que asistimos nos sentimos seguros, amados y valorados. Se llama Escuela Especial Multimpedidos Cet depende del Portal del Sol, mis papás eligieron este lugar porque consideraron que es el más apropiado para mi condición. La mayoría de los chicos entramos a las 8.30 y nos vamos a las 16.30. Otros hacen media jornada. Allí asisten niños y jóvenes que van desde los 6 años hasta los 21. ¡Mucho tiempo de nuestras vidas transcurre allí!”, inicia la misiva.
Y continúa: “Es un lugar muy lindo tiene un inmenso jardín donde realizamos actividades al aire libre, nos divertimos y también aprendemos. Nos podemos mover libremente. Las aulas son grandes y luminosas allí compartimos momentos tan interesantes… Las ‘seños’, siempre con sus propuestas novedosas, hacen que aprendamos y superemos obstáculos sin darnos cuenta. Las preceptoras nos ayudan y acompañan”
“Mientras ocurre todo esto empezamos a sentir un rico olor: es que las cocineras de la escuela nos preparan el desayuno, el almuerzo y la merienda”, señaló, en otra parte de la carta.
“Pero además de nuestras ‘seños’ hay muchas más personas que están velando y pensando en nosotros, como los directivos y el equipo técnico (fonoaudióloga, terapista ocupacional, musicoterapeuta, profesores de educación física, médica). Tampoco me puedo olvidar de Lola y Copito, dos perros hermosos que nos enseñan mucho y nos dan tranquilidad”.
“Sin embargo, de un día para el otro, todo esto que les cuento empezó a peligrar, nunca nos imaginamos una cosa así. Parece que las personas que por años cuidaron y llevaron adelante nuestra escuela, tomaron la decisión de cerrarla. En ningún momento convocaron a padres y maestros para buscar una alternativa, una solución a los problemas que plantearon después de haber tomado la medida y de mandar los telegramas de despido a todo el personal de la escuela”, reclamó y agregó: “Esa seguridad y tranquilidad que respirábamos en ese lugar se convirtió en tristeza, llantos, corridas, y nerviosismo”.
“Nosotros los alumnos de la Escuela Especial Multimpedidos CET, venimos luchando desde que nacimos junto a nuestra familia, superando obstáculos. Para nosotros todo es una conquista. Ver, escuchar, movernos, comunicarnos, aprender habilidades básicas para la vida. Todo esto requiere de un gran trabajo nuestro acompañados del amor de la familia y de todos los maestros y personal de la escuela. No podremos expresar con palabras pero sí lo hacemos por otros medios. Nuestras miradas, gestos, actitudes hablan: pedimos que no nos dejen sin ese fuerte vínculo con nuestros maestros, no nos saquen de el lugar que nos cobija por años. ¡Pedimos que no nos quiten la escuela!”